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Portada

 

 

X-Urbanism:
"Architecture and the American City"
de Mario Gandelsonas

 

Rodrigo Mora
Arquitecto, Universidad De Chile (1995), MSC AAS, Bartlett School
of Architecture, UCL (2001). Docente de la UTFSM, Valparaíso.
Email: rodrigo.mora@usm.cl

 

El título de este libro es un poco críptico: no sabemos si se trata de una nueva teoría explicativa del fenómeno urbano –tal como podría serlo, por ejemplo, Edge city, de Joel Garreau-, o más bien un tratado elucubrativo a modo del ya casi legendario S, M, L, Xl de Koolhaas. Nada más lejos de ello, sin embargo: el libro del argentino Mario Gandelsonas, arquitecto y profesor de la Universidad de Princeton, se inscribe dentro de una corriente interpretativa del fenómeno de la construcción de la ciudad americana (más bien norteamericana) en la historia.

De gran formato (24,6 por 2 4,6 centímetros y 180 páginas), se divide en dos secciones; una teórica al inicio y una segunda que analiza varias ciudades americanas a través del estudio de sus planimetrías. Se instala así a medio camino entre lo que podría ser un cofee table book –por la belleza de sus imágenes- y un libro de sociología urbana.

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Nueva York: planta fundacional original radio concéntica, antes de la trama regular de 1811
Nueva York: sistemas radiales propuestos de definición de la trama
NY: propuestas de planes para la ciudad. Gran parte de ellos no se consolidaron debido a la trama de 1811

La primera parte se compone de una introducción, siete “escenas urbanas” y dos capítulos de síntesis y reflexión, todo lo cual propone un nuevo marco interpretativo de la evolución de la ciudad americana. La segunda, en cambio, pretende explicar gráficamente las geometrías y órdenes implicados en la construcción de algunas de las ciudades analizadas. Cabe destacar acá el interesante trabajo plástico de cada una de las láminas, que recuerdan los bellos trabajos exploratorios planteados por Tschumi para el Parc de la Villette.

Aparentemente, las motivaciones del autor son modestas: el texto busca “explorar la ciudad americana a partir de sus dibujos”. No obstante, a poco andar el autor parece desenmascarar sus verdaderas pretensiones, toda vez que la lectura de tales textos está orientada en realidad a “sobrepasar los límites de la arquitectura en busca de articularlos con los de la ciudad”. La idea, expuesta en una organizada introducción, es que la ciudad y la arquitectura han sido normalmente vistas bajo criterios de análisis que no se yuxtaponen. Mientras el análisis urbano, normalmente llevado a cabo por economistas y planificadores, no se focaliza en los aspectos formales de ésta, sino más bien en sus procesos, la perspectiva arquitectónica ve la ciudad como un continuo ir y venir de edificios, olvidando las discontinuidades formales en su constitución.

Una segunda causa que, de acuerdo a Gandelsonas, habría dificultado una adecuada teorización de las ciudades americana y europea, es la tendencia a considerar que sus identidades son básicamente estables, donde una es una suerte de opuesto de la otra. Se omitiría así la histórica influencia recíproca de ellas, intercambio “en el cual cada parte identificó qué representaba lo que le gustaría ser”. Así, la ciudad americana no es una solamente una importación europea, sino más bien el “laboratorio experimental donde Europa desarrolla sus fantasías”. Gandelsonas apuesta entonces por desentrañar estos imaginarios recíprocos en busca de un relato interpretativo que aúne arquitectura y ciudad, proponiendo para ello siete grandes “escenas” o “mutaciones urbanas” de la ciudad occidental. Se sostiene que lo que hizo posible estas escenas fueron la publicación, en 1485, de los “Diez libros de la Arquitectura”, por Alberti, y el descubrimiento de América siete años más tarde. De esta forma, América se constituyó en el otro lugar, la tierra virgen donde poner a prueba los escenarios urbanos de difícil aplicación en las ya constituidas ciudades europeas.

Atlantic 1
Atlantic City: representación del impacto del borde de mar en el crecimiento de la ciudad.
Atlantic 2

Atlantic City: continuidad de la trama en la ciudad.

La primera escena revisa la ciudad renacentista europea y su impacto en la fundación de ciudades en la América anglosajona y latina. El autor sugiere que la ciudad habría sido vista como objeto teórico, lo que la transforma en una macro-obra arquitectónica que descuida el carácter sedimentario de su constitución. Se argumenta entonces que esta primera mutación iría desde la ciudad a la arquitectura.

La segunda escena corresponde a la ciudad barroca, en la cual la mutación no viene dada por un discurso al margen de la arquitectura, sino que proviene de ésta. Este cambio, que tiene como precedentes el Plan Hausmann de París y el Palacio de Versalles, opera así en modo opuesto al primero, desde la arquitectura a la ciudad.

La tercera escena revisa la grilla continental y americana o grilla de una milla. Gandelsonas sugiere que la grilla americana representa el espacio del orden y la homologación, donde los objetos pueden ser fácilmente comparados sin importar su condición específica. A diferencia del espacio estanco del Renacimiento, la grilla americana representaría la materialización del movimiento fluido.

La cuarta escena revisa Nueva York y lo que Gandelsonas considera la primera gran mutación urbana de origen americano: el rascacielos. Se sugiere acá un interesante contrapunto entre las nociones de continuidad y diferencia entre la ciudad europea y la americana. Mientras en Europa continuidad y diferencia urbanas son lograda a través de la fachada continua de edificios y la irregularidad de su trama de calles, respectivamente, en América ocurriría lo contrario: la continuidad es definida por una grilla homogénea que ocupa persistentemente el territorio, mientras la diferencia es asegurada por el carácter autónomo de sus rascacielos.

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Boston
Boston: continuidades espaciales en una estructura radio concéntica

La quinta y sexta escenas corresponden respectivamente a la ciudad modernista y la ciudad del suburbio. En la primera, el concepto de tabula rasa es el punto de partida, condición americana de carácter histórico que es importada a Europa. El resultado sería una ciudad constituida de piezas urbanas que supera el continuo histórico definido en la ciudad europea. A diferencia de la primera, la ciudad suburbana, fenómeno típicamente americano alentado por la construcción de autopistas a comienzos de la posguerra, sería una variación de la noción de ciudad clásica. Esta vez la repetición del objeto arquitectónico tipológico –la casa unifamiliar individual del suburbio- posibilitaría la lectura continua de la ciudad. Los centros de las ciudades, por otro lado, atravesarían un progresivo deterioro, rompiendo la noción de ciudad continua y adelantando la siguiente etapa, la ciudad post-urbana – the X-urban city.

Esta etapa, que da nombre al libro, se caracterizaría por un el traslado de complejos de oficinas hacia la periferia, los que tomados en su conjunto, consolidarían una constelación metropolitana de centros relativamente autónomos del centro tradicional de la ciudad. Varias ciudades norteamericanas sufren en paralelo un proceso de colonización por parte de capas educadas –gentrification- de los distritos industriales centrales. Así, la ciudad ya no es un proceso único, sino más bien que corre en varias direcciones.

Aunque este proceso ha sido ya documentado en ocasiones anteriores, el autor sugiere un interesante paralelo entra la ciudad suburbana versus la ciudad post-urbana: mientras el objeto que da sentido a la primera es el televisor, la segunda descansa en el monitor del computador. Se sostiene que el principal cambio de esta nueva ciudad es la continua y creciente invasión del espacio privado a través de mecanismos tecnológicos (fax, Internet, vigilancia, etc.), todo lo cual habría influenciado la aparición de la muralla como elemento tipológico de esta ciudad. Gated communities y condominios serían así la contraparte de la falta de intimidad en el espacio privado.

Chicago 1
Chicago 2
Impacto de las diagonales sobre parte del centro de la ciudad de Chicago

Los dos siguientes capítulos actúan como reflexiones finales de lo que ya se ha dicho. El primero, “La identidad de la ciudad americana”, revisa la evolución de las tramas que han dado forma a la urbe. El segundo, “La ciudad como objeto de la arquitectura” , propone ahora leer la ciudad a través del análisis topológico de sus tramas, toda vez que se sostiene el arquitecto ha tenido enormes dificultades en la comprensión de la ciudad como un todo. El autor sienta así las bases del análisis efectuado en la segunda parte del libro a través de la lectura de dibujos y diagramas de las tramas de la ciudad. Interesante es constatar en esta parte la familiaridad de la perspectiva utilizada con la desarrollada hace más de 20 años por Bill Hillier y Julienne Hanson en la Universidad de Londres, quienes elaboraron la teoría de la Sintaxis Espacial. Tanto Hillier como Gandelsonas adhieren a la idea de que el espacio público de la ciudad, expresado a través de sus tramas de calles, contiene información social. Tal información a su vez da forma a la sociedad que lo habita, a la vez que es moldeado por el conjunto de relaciones de orden y jerarquía de sus instituciones y personas.

Todo lo anterior es presentado a través de las mencionadas láminas de ciudades, que ponen de manifiesto las constantes discontinuidades, giros, cambios de rumbo, e influencia de la geografía en la constitución de la ciudad.

Boston
Los Angeles: estudios de tramas y continuidades espaciales.

Resumiendo, el libro propone una nueva entrada a la no siempre clara relación entre la arquitectura como objeto autónomo y la constitución de la ciudad como esfuerzo colectivo, para lo cual centra su objeto de interés en las mutuas influencias entre la ciudad europea y la americana. En este sentido, parece extraña la omisión de las mutuas influencias de la ciudad europea y la ciudad latina, y por qué no decirlo, entre ésta y el modelo anglosajón. En parte esto es comprensible dado que es un libro que sintetiza investigaciones realizadas al alero de una universidad norteamericana, aunque esta falta puede inducir al error de considerar a la ciudad americana como único campo de experimentación de las fantasías urbanas europeas.

La estrategia de Gandelsonas de analizar este problema en forma polar –continuidad/diferencia, de la ciudad a la arquitectura/de la arquitectura a la ciudad- hace muy atractiva la lectura, no obstante lo cual existen ciertas dudas en torno a una excesiva generalización de los fenómenos para hacerlos encajar en este marco de referencia.

Queda entonces planteado el desafío de entender la ciudad más allá de un problema económico-social (como lo formula una importante corriente de análisis urbano) y de entender a la arquitectura en su continuidad histórica, como agente formador de la urbe. Tal como lo señala su críptico título, quizás lo más interesante de este libro no sean sus afirmaciones y certezas, sino las preguntas que deja sin responder y las líneas investigativas e interpretativas que abre. Después de leer el libro, la ciudad aparece finalmente mucho más densa en contenidos y frágil en estructura, tal como los miles de personas que la habitan.

Des Moines
Des Moines: estudio de continuidades espaciales en la ciudad

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